Tener una relación personal con Jesús implica concentrar todo el ser en su Presencia viviente teniendo la certeza de que Él nos rodea permanentemente con su amor y paz; así Él moldea nuestra mente limpiando el corazón para que disfrutemos del diseño que hizo en cada uno para que seamos y hagamos conforme a la estatura de Su creación.
En consecuencia, la decisión de éste día es centrar la atención en Jesús en el desarrollo de todas las actividades. Si algo perturba, si hay aburrimiento, compartirlo con Él, solo alábale, adórale, aún en el silencio. Si quieres canta algo que le agrade, o danza y haz movimientos dándole honra y gloria a Su nombre. Cada momento es precioso. Toma esa decisión contundente de sumergirte en Su Palabra ante toda circunstancia crítica y te sorprenderás de Su respuesta gloriosa. Si tu corazón te reprende, mayor que tu corazón es Dios, y Él sabe todas las cosas.
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