Día a día afrontamos situaciones que requieren decisiones precisas y en las que es necesario tener la suficiente claridad de pensamiento para lo cual necesitamos que nuestra alma tenga paz; que las emociones se rindan. Es el momento de ir a Jesús y decirle lo que está ocurriendo.
La angustia, la ansiedad, son una oportunidad de hablar con Dios, de tener intimidad con Él como nuestro mejor amigo, con toda confianza puedes decirle: “Nunca perderé de vista tu amor constante por mí. Tu fidelidad ha afirmado mis pasos.” Repítelo cuantas veces sea necesario, con la seguridad de que te está escuchando y hará. Mira toda adversidad como lecciones de confianza cuyos beneficios superarán ampliamente el costo, si tienes tu confianza plenamente en que pase lo que pase todo obrará para bien porque le amas y has confiado en lo que vendrá de lo Alto.
La preciosa meta es desarrollar una confianza plena para traer bendiciones a tu vida. Él ha prometido cuidarte en perfecta paz. Su Plenitud te cubrirá si tienes toda tu confianza puesta en Él. No te dejes llevar en diferentes direcciones ni te preocupes por nada. Llénate de oración a lo largo de cada día, ofreciendo ante Dios tus peticiones llenas de fe con desbordante gratitud. Cuéntale cada detalle de tu vida.
Recuerda apartar diariamente instantes en silencio para escucharle.
Fundamento bíblico: Filipenses 4:6 TPT; Salmos 26:3 TPT; Isaías 26:3 RV60.
Libro de referencia: Jesús te llama, Sarah Young.
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