Si aspiras a superar las mayores y escabrosas alturas, camina mano a mano con Jesús.

Está bien aceptar la invitación de las alturas a ascenderlas; con sus subidas y bajadas, con los desafíos propios de las altas cumbres en donde a veces las condiciones van mal. En donde se pone a prueba la confianza y la visión inicial de alcanzar esos picos nevados con el brillo del sol centelleando en lo más alto.

Jesús nos invita a hacerlo sin tomar atajos; nos advierte el deber ser para hacerlo bien a través suyo, con Él, de Su mano, con Sus indicaciones, con Su dirección. Ese camino que decidiste tomar es también una decisión de aprendizaje, un aprender a ¡confiar en Jesús!, en Su guía, porque el aceptar las pruebas con confianza trae bendiciones y rompimiento de cualquier desafío.

Jesús planeó con el amor Mayor cada medida del camino y nos extiende su mano fiable, segura, firme, para que la tomemos y vayamos con Él este día; respirando y siendo conscientes de Su presencia que se manifestará paso a paso hasta alcanzar las cumbres y brillar en lo más alto.

Juan 21:19; 2 Corintios 4:19 TPT; Habacuc 3:19
Libro de referencia: Jesús te llama, Sarah Young.

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