Como un velo luminoso Dios te cubre, así como a tus seres queridos, y a todo lo que te rodea.

Basta conque permitas que Su Presencia radiante sea en tu vida por sobre todas las cosas, rindiendo pensamientos, ideas, cratividad, actividades, todo lo que piensa y haces, consciente de que Él estará contigo en cualquier circunstancia, ocasión, o situación en la que te encuentres.

Dice la Biblia que cuando el patriarca Jacob despertó después del sueño en el que Dios le mostró la promesa de su Presencia, tuvo mucho miedo, y pensó: «¡Sin duda alguna el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía! ¡Este lugar es asombroso! ¡Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo!».

Ése descubrimiento está vigente en la actualidad para todo el que decida seguir a Jesús y estar consciente de su luminosa Presencia. Él se deleita en contestar cada petición que se le haga. Escrito está: «Estaré contigo y te protegeré dondequiera que vayas, y te traeré de nuevo sano y salvo a esta tierra. ¡Jamás te abandonaré sin haberte cumplido mis promesas!».